sábado, 29 de septiembre de 2007

Es tiempo de hablar de belleza


He decidido contarles sobre un tema especialmente sensible en lo que ha belleza se trata: sobre los pelos…
Digo que es sensible porque me ha penado desde la adolescencia, cuando nos baja la pretensión, nos vienen los cambios hormonales, salen presas que uno no tiene, se marcan las curvas del cuerpo, empezamos a sentir atracción por el sexo opuesto y… nos salen pelos donde no teníamos.
En nuestro país, no se si es porque somos mas peludas, pero podemos recurrir a la mas amplia gama de posibilidades para sacarlos de raíz: cera depilatoria profesional, silk-épil con movimientos ascendentes y descendentes, o con cabezal para zonas delicadas, no-no, epilady, depilador Braun, etc. Y para que decir los mitos y creencias sobre el tema: esperamos que la luna este menguante, no nos echamos crema para que se pegue mejor la cera, nos pasamos la escobilla para sacar los que están encarnados, nos pasamos la gillette para que salgan mas gruesos y luego se agarren mejor, chamuscamos los pelos en una vela o en el quemador de la cocina para que crezcan mas lento (y de paso nos quemamos hasta el tuétano)… En fin, posibilidades hay muchísimas.
Creo que las he probado todas y me quedo con la cera convencional. Mejor aún con la clásica señora de la peluquería que te conoce toda la vida y hasta el último rincón donde habita el tan repudiable pelo.
Que gusto es instalarse en esas camillas en que, si tienes suerte, te toca un pedacito reutilizado de sabanilla todo pegoteado y más suerte aún si la señora se pone generosa y estira una franja de papel nuevo para ti. Luego esperas la clásica pregunta ¿Qué se va hacer?¿Pierna entera?¿Rebaje?... Tú respondes, te desvistes, y quedas ahí esperando que revuelvan la cera y rezando para que cuando te la echen no te quemen hasta el alma. Al mismo tiempo, te alistas para colaborar en el procedimiento realizando las diferentes posiciones que ponen a prueba tu estado físico y que te recuerdan las clásicas posiciones de un examen ginecólogo.
Pero eso es en Chile. Para variar me he llevado una gran sorpresa en ésta ciudad. Pensé que me encontraría con todas las versiones y los más revolucionarios métodos de depilación, dado el calor y la ropa ligera.
Preocupada por el tema, antes de venirme le pedí a JE que viera salones de belleza y depilación. Me dijo que habían y que no me preocupara porque esto no era el fin del mundo y había de todo, y por lo que veía, ya que no les podía preguntar directamente, las mujeres andaban lampiñas.
Llegando empecé con la exhaustiva investigación. Partí en el supermercado esperando encontrarme con la clásica cera, pero no la vendían. En los salones de belleza usaban la cera desechable. En las tiendas de artefactos pregunté por las máquinas depilatorias pero no tenían idea de que les hablaba.
En el mall, encontré una tienda especializada en belleza y pregunté ¿Tienen cera depilatoria? “Si”, me dijeron. Yo caí en éxtasis de felicidad ¿Y es de la clásica que uno pude derretir en la máquina o en un tarrito? Ahí colapsaron… “No, lo que tenemos es la cera que se mete en el microondas o se derrite a baño maría. Te la aplicas y luego te pones estos paños encima y los tiras para sacar el vello de raíz”. Me mostraron un turro de trapos que había que ponerse luego de que ya te la hubieras esparcido. Ah… ¿Y existe otro sistema para depilarse aquí en Guayaquil? “Nooo, aquí todo es así”.
No lo podía creer!!!. Alguna vez me había depilado con ese tipo de cera y ¡mi experiencia había sido nefasta! Desesperada le pedí a JE q me acompañara por el resto del mall en busca de la solución, con los niños a cuesta y todo. Encontré otra tienda tipo Casa Pichara y pensé: ¡En esta si que tiene que haber! Había todo tipo de jabones, perfumes, pinturas, sales, cremas, que uno se pudiera imaginar. Era como el paraíso de la belleza.
Agus se sentía dichoso corriendo y desarmando lo que encontraba mientras yo le imploraba que se portara bien para poder hacer mis preguntas. Pero nuevamente fue la misma historia y me mostraron la misma cera. Será… pensé, a esas alturas resignada. La llevo…
Al día siguiente, entusiasmada con la idea de sacarme los pelos, esperé un minuto de quietud en la casa. Agus veía tele y la Emi dormia. Entonces, derretí el preciado tesoro y me encontré con que la textura era la de un verdadero pegamento. Lo complicado del asunto era que me lo tenía que esparcir con la espátula, que era un palito de helado. Me fui echando el pegamento, luego cumpliendo las indicaciones, me puse el trapo encima. Lo froté vigorosamente y lo tiré, pero salió la mitad del pegamento y ¡ni un solo pelo!. Después que me quedaron todas las piernas pegoteadas y ya no las podía juntar porque me convertía en sirena, intenté en una de las axilas porque había menos superficie que abarcar. Ahí si que caí en desgracia: me la eché, me puse el trapo, lo froté y… ¡el trapo se quedó pegado! Luego de mucho tirarlo lo saqué, pero la mitad del pegamento quedó en el ala y al cerrar el brazo la axila se me pegó y ¡no podía abrir el brazo! Para que decir como quedaron mis manos, tenía los dedos pegados unos con otros y lo que tocaba se me pegaba. Me pasé alcohol, la escobilla de uña, la piedra pome y todo lo que encontré.
En ese momento de clímax, se despertó la Mili con hambre. Fue una odisea sacarla de la cuna. Manca y sin poder abrir el brazo, la tomé con las muñecas y los antebrazos que también estaban todos pegoteados. Me subí a la cama, agarré el cojín como pude (que también me quedó pegado) y luego vino la odisea de meter la pechuga en la boca de la Mili. Pechugazos iban y venían, pero después de algunos intentos mi linda niña la tomó con sus manitos. Quedó literalmente pegada en ese buscado y ansiado lugar. Luego de haber logrado colgarme a la Mili, Agus que estaba arriba de mi cama saltando, decidió abrazarme por la espalda, se me colgó al cuello mientras la Mili tomaba papa y yo no tenía como sacármelo. Asfixiada y limitada para realizar movimientos, le imploraba clemencia y él lo encontraba muy chistoso y se reía a carcajadas…Para que decir lo que fue el proceso de limpieza: no me quedo piel en la axila. Fue tal la fricción que me quedó una quemadura, por lo que no pude levantar el brazo en varios días.
Bueno, así es la depilación aquí. Creo que dada las circunstancias tendré que evaluar la alternativa de una depilación definitiva o hacerme amiga de la repudiada gillette…
Ale

5 comentarios:

VeroMac dijo...

Hayyyyy Ale, que dolor mas grande sacarse esos trapitos, que angustia no poder encontrar el tan importante y vital elemento para la mujer "La Cera Depilatoria", realmente yo no sabría que hacer ya que soy "Cliente Frecuente" donde mi caserita, sobre todo en el verano donde voy para eliminar tales vellos tan desagradables, incómodos, feos, poco femeninos, sobre todo los que se encuentran sobre el labio superior llamado "bigote" que me imagino no habrás experimentado con dicho producto ya que podria producirte una severa hinchazón que la gente diría que te pusiste botox.

Eso que estás sufriendo ahora, yo lo sufri cuando viví 1 año en Estados Unidos, solamente llevé cera para el "bigote" lo demás opté por la Track2 que me acuerdo se la robaba a la Tía Pirula las primeras veces jajajaja, lógicamente después opté por comprarme un arsenal de estos productos que para mi pasaron a ser parte importante de mi vida pero era lo único que me salvaba en el período veraniego pero sin dejar de producirme cortes a veces leves pero otras no tanto por lo que tenía recurrir al agua oxigenada y la "curita" en varios sectores de las piernas, te entiendo y es algo que la mujer no tiene contemplado sufrir hasta que no se enfrenta con el problema y que además no encuentras la solución acostumbrada, pero...... "es lo que hay" uno se estos son los montos en que amas Chile y mas aún tu "depiladora". Cuando vengas o vaya alguien el mejor regalo que creo que recibirád será un tarrito con cera y que desde ya empieza a encargar igual que una amiga que vivia fuera de Chile siempre pedía que le llevaran Ladysan, nada comparable con lo que ella encontraba.

Eres muy divertida para contar tus anégdotas además le pones esa chispa tan simpática que jamás pensé que la tuvieras.

OJO: Cuidado con los pinchazos jajaja.

Un Beso.

Verónica M.

Unknown dijo...

Hay Ale que terrible experiencia, te entiendo muy bien porque hace muuuuuchos años, era bastante jóven, sin un peso o jacoiba (más me creo esto último), decidí dármelas de autodepiladora, tomándo todas las precauciones del caso para evitar un accidente al calentar la cera, me puse manos a la obra, me instalé arriba de la cama e inocente me la apliqué en 1/4 de la pierna completa, como me quemaba los dedos al retirarla, decidí esperar unos minutos, pero se me pasó la mano y la cosa se congeló y parecía cemento, fue imposible retirarla. En esos tiempos no se usaban los pantalones pero si las mini faldas, me puse calcetas (que por supuesto no cubrían todo el desastre), me hice la loca partí en micro sin mirar a nadie, roja como tomate y traspirando de nervios, a una peluquería. Al llegar conté lo que me pasaba, todo el mundo se miraba, movía la cabeza y hacía comentarios terroríficos, y así fue costó un mundo, tirones, paños calientes, etc, la cosa no cedía y mi susto aumentaba, finalmente lo logramos pero volví a la casa con varios trozos menos de piel. No pude contar nada porque el papá nos tenía estrictamente prohibido calentar cera, me las mamé sola, aguanté el dolor a duras penas para no delatarme y recé como loca para no pescarme una infección.
Tu suegro va ahora luego a verlos, por si quieres encargar el mentado artículo (no a él, sólo haría de mensajero) o esperas que yo vaya, pero para eso falta mucho, y terminarías contratada tal vez como la mujer barbuda del circo o el abominable hombre (mujer) de las nieves.
Anda haciendo un archivo con todas estas experiencias, mira que la memoria es muy frágil y el Alsheimer llega antes de lo que esperamos. Animo, un beso Norita

Leito dijo...

Ale!!!!
pero como no me cuentas antes... te habría mandado la cera de alguna forma. Ya te compré un par de espatulas y cera para derretir asi que te la mando con el papá de Juan Enrique dentro de estos dias!
saludos
Leo

Rosario Blumel Larrea dijo...

jajjajaja...jajajajja..jajajaja.

Que desopilante historia...Ale....eres una artista de la pluma (o del teclado que en este caso es lo mismo!).

Desde hoy me declaro tu fan numero uno, que sigan las historias y las aventuras, por que independiente de que el tema de la depilacion te compunge, al final termina siendo algo bastante divertido...jejeje.....como mis intentos de comunicacion linguistica con mis amigos ingleses...

Un gusto saber de ustedes y desde ahora seré el fan N1 de este bolg.

Un saludo desde UK.

Gon

Rosario Blumel Larrea dijo...

jajjajaja...jajajajja..jajajaja.

Que desopilante historia...Ale....eres una artista de la pluma (o del teclado que en este caso es lo mismo!).

Desde hoy me declaro tu fan numero uno, que sigan las historias y las aventuras, por que independiente de que el tema de la depilacion te compunge, al final termina siendo algo bastante divertido...jejeje.....como mis intentos de comunicacion linguistica con mis amigos ingleses...

Un gusto saber de ustedes y desde ahora seré el fan N1 de este bolg.

Un saludo desde UK.

Gon